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Hoy contemplo el universo y le pregunto:
¿Qué verdades insondables nos ocultas
Bajo estas leyes y normas inconsultas?
Hoy imagino al Divino en este asunto.
¿Por qué este enigma imposible, sin edades,
Al que el hombre corre ¡pobre! como al viento,
Pretendiendo abrazarlo, ¡Ay! sin aliento,
Y descifrar su misterio? ¡Vanidades!
Vano fue nuestro indagar. Vano es el llanto
De San Agustín, de Hegel o de Nietzsche.
Vanos son sus relatos ¡Vano el espanto!
No me arrebatan los dioses, ni el fetiche
Mundano de sus musas; ni aún su canto.
Tan sólo el Amor del día y de la noche.
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Río Gallegos, abril de 2001
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viernes, 7 de agosto de 2009
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1 comentario:
No puedo evitar una sonrisa al responder... por que, para mi, no es vano...
Sin planteamientos imposibles no habrian dudas, ni alternativas.
Hay que conocer y discrepar para poder aprender y encontar el camino.
Muy Hermoso tu escrito.
Un saludo, Reme.
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