jueves, 17 de junio de 2010

PARADOJA

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Una amiga me informa que alguien —una persona a quien yo mucho estimo—, ha dejado un comentario muy favorable en mi Blog.

No sin cierto temor a ser malinterpretado, le contesto que ninguno de los que allí escriben —el ninguno como el otro que en los otros soy— va a modificar un ápice mi percepción interior. Simplemente porque, a ese otro que en los otros soy, desde otro lugar…, no le creo.

Es que la gran mayoría no sabe lo que dice; responde a paradigmas históricos, donde el si mismo, al ser una creación del lenguaje, no existe. El resto, la pequeña minoría, sabe demasiado y por lo tanto… nada dice.

Mi amiga, algo desahuciada por esta respuesta impertinente y no carente de cierto lenguaje críptico e intolerante —intolerante para conmigo mismo por serlo con las múltiples voces que en los otros soy —, me detiene con un cachetazo lingüístico certero:

—¿Y entonces… ¡Para qué escribes!?

—¡¿Para qué escribo?! —
Le contesto sorprendido.

Escribo para construir un mundo. Un mundo en el cual creer:
Mi mundo, hecho de intuiciones, percepciones y desenmascaramientos. Un mundo para contemplar y atesorar como a una gema.

Un mundo que, de otro modo, permanecería oculto bajo las infinitas máscaras que se reciclan —como la piel de los ofidios—
ad infinitum. Máscaras que enferman y enseñan a enfermar. Que ocultan para no mostrar. Que encandilan para enceguecer.

Un mundo que me permita ser y no parecer; que me permita respirar un aire diáfano, un sol en plenitud; que me permita vibrar a la frecuencia en que vibro al escuchar
El Mesías de Händel; que me permita desembarazarme de los múltiples pesos que cargaron sobre mi espalda y que hacen de mi camino un martirio.

Un mundo donde el otro ya no exista, porque…
yo soy el otro, el que, desde un universo doble y único —Natura naturata /Natura naturans —, en sincronía y a su vez en sinfronía, contempla con otros ojos, desde otros espacios, la misma infinitud e inconmensurabilidad que me rodea: única en la pluralidad del único plural que en los otros soy. Ese otro que me vuelve eterno, omnivital y omnipresente. Solidario en la impotencia.

Mi amiga, ante tan singular respuesta, enmudeció. Fue la primera vez que supo expresar con su silencio lo que nadie antes había podido lograr por otros medios; lo que nadie antes habría podido lograr jamás.

Expresó lo que siempre quise escuchar de ella y de los otros: la inconmensurabilidad de lo inefable.

Pero la historia no termina allí.

El discurso que la enmudeció —y he aquí la paradoja—, es también la expresión de paradigmas históricos, epocales. Por lo tanto: no responde al mi mismo.
...
Es el lenguaje condicionado de una crítica condicionada, que se ríe del lenguaje condicionado del otro: el paradigma que critica al paradigma. La paradoja al infinito.

(¡Oh…, Silencio! Cuántos significados guardas en tu seno, inútiles a la palabra)

Río Gallegos, 16 de junio de 2010
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4 comentarios:

Siloe_ Sombra dijo...

!Solo sé...que no sé nada!...
Y hasta de lo que leo dudo, y aún si callo no es por saber demasiado, es por que a veces dudo de que decir algo sirva de nada.
La apradoja de quien cree saberlo todo.
Reme.

Luis dijo...

Querida SILOE:

Como reiteradamente te lo he manifestado, tus mensajes son siempre bienvenidos.

Leo en ellos inocencia (en el buen sentido) inteligencia afectiva y sinceridad medida (Sophrosyne)

Me has dejado pensando con esta reflexión. Una especie de eco que reverbera en la conciencia.

Más que la paradoja de "quien cree saberlo todo" yo diría de “quien pretende saberlo todo" (No creo que exista persona alguna en su sano juicio "que crea saberlo todo")

Ya Gödel, como siempre digo, en su famoso teorema, echó por tierra tamañas desmesuras humanas, demasiado humanas.

Lamentablemente estamos condenados a la finitud. Y el sabernos esclavos nos permite una percepción de ontológica libertad.
Besos
LH

Siloe_ Sombra dijo...

Gracias por tu pronta respuesta.
No era mi intención incomodar, lo que sucede es que a veces cuando te leo me siento rebelde ante tus afirmaciones.
No creo ser, Sophrosyne, por que jamas escaparia de la raza humana.
Quiza si sea inocente, por que siempre crei que las personas tienen en si mismas lo bueno y lo malo del mundo y aprender a manejarse entre esas dos mitades es todo un arte.
Tal vez es mi impresión pero tus escritos hablan siempre de limites , de fines... y eso por un lado despierta mis interrogantes y por otro me afirmo en mi pequeño universo de virtuales mundos.
Gracias por tener en cuenta la opinión de esta mujer, que tan solo es eso.. una mujer con dudas y poca experiencia.
Reme.

Antonio Misas dijo...

Amigo Luís,

Me parece bien por lo que escribes, como si quieres escribir en el silencio. Vengo a agradecerte ese comentario, de maestro, que me dejaste. Yo escribo todo lo contrario que tú. Trato de economizar en el lenguaje, trato de simplicar con las palabras y trato de escenificar sin dar demasiadas explicaciones.
Pero como tú, aquí no he encontrado a nadie que se desenvuelva tan bien con la retorica y los cultismos, que se lie y deslie por el pensamiento, que se quiera aclarar tantas cosas de la existencia y que todo lo quiera averiguar hasta con el imposible silencio hasta desigualar el espacio que llena de palabras.
De cualquier forma, al ¡solo sé que no sé nada! que dice SILOE, yo te digo; cada loco con su tema.

Un fuerte abrazo