lunes, 22 de febrero de 2010

DEL BUEN DIOS (O de la episteme judeocristiana)

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Hoy un diario de Argentina da la siguiente información:

“El Chrysler Neón rojo, matrícula CKE 714 , era guiado por Gustavo Daniel Castillo (23), quien llevaba como acompañante a su esposa, Adriana Silvero (23), una beba de un mes y diez días de vida, que falleció”

"Una beba de un mes y diez días de vida, que falleció…" Imagínenla atrapada entre los hierros retorcidos de la tragedia.

¿Alguien podría pensar que esta beba, recién nacida, pudiera ser acusada de alguna falta grave para no recibir la protección vital del Buen Dios de la mitológica episteme cristiana?

¿Es que existe ese tal “Buen Dios ” del que tanto nos hablan, o se trata de un relato para consuelo de los espíritus débiles ante el temor/pánico que despierta lo inexplicable: la muerte y la nada absoluta que sobreviene?

¿Es el temor/pánico a dejar “mi casa” “mis árboles” “mis libros” “mi auto” “mis hijos” "mi esposo/a" “mi poemas por terminar” “mi yo” con toda su carga de conflictos que lo define: ser esto, ser aquello; "mi prestigio", "mi fama", "mi orgullo", etc.?

Dice Michel Onfray: "Los teístas se ven obligados a hacer muchas contorsiones metafísicas para justificar el mal en el mundo mientras afirman la existencia de un Dios al cual nada se le escapa"(*)

Si acepto la realidad tal cual es, como única realidad, sin mitologías consoladoras que la nieguen, tiene explicación fundada la muerte y la tragedia que nos constituye como existentes.

Al aceptarlo (Amor fati) negamos el más allá, la otra vida post mortem, reivindicando el espíritu de la tierra, el cuerpo, los instintos, la belleza de lo real, el único y maravilloso mundo que tenemos a nuestro alcance con su carga de nacimiento y muerte, de alegría y tragedia. Como dos rostros de una única moneda no fragmentada ni binaria. Como el devenir eterno de una existencia que se hace y se deshace en cada instante, sin valores antropomórficos excluyentes ni sedantes. Verlo es auténtico amor. Es verdadera inteligencia.
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(*) "TRATADO DE ATEOLOGÓA. Física de la metafísica"
Ediciones de la Flor. Año 2006

Río Gallegos, 22 de Febrero de 2010
© Todos los derechos reservados

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4 comentarios:

helios dijo...

Luis.
Como siempre vos: hondo, claro, contundente.
Abrazo
Helios

Siloe_ Sombra dijo...

Mi estimado Luis... he dudado antes de responder por que sabes de mi condicion de catolica y creyente.
Pero creo que quiza por eso mismo debo dejar mi opinión ante ti.
Hay una cosa ciertisima en la vida que a veces obviamos, nacemos y morimos, es la mecanica de la ley natural independientemente de creer en Dios o no... se nace y se muere, y morir no es un castigo divino, es pasar a otra dimension por que la vida no se extingue esta en continua trasformación, hay quien cree que pasa al paraiso y quienes creen pasar a otro modo de materia cambiante y modificada..
A los que quedamos aqui y frente a nuestros ojos suceden cosas como catastrofes o perdidas especialmente duras como la muerte de un bebe nos queda un profundo desconsuelo por que no aceptamos la ley natural de la vida.
"Se nace y se muere".
Y en medio de eso nos suceden cosas horribles y cosas maravillosas y solo con intentar que lo hermoso supere a lo triste es lo que mueve el mundo.
Espero haber podido llegar a hacerme comprender, ultimamente siento que en tus escritos la tristeza raya lo insuperable.
Un abrazo desde españa.
Reme.

Luis dijo...

Helios. Agradezco tu comentario. Haya sido del tenor que haya sido. Siempre son bienvenidos. Y más si vienen de vos, que intuyo la fibra de la madera conque los dioses te hicieron.
Un abrazo
LH

Luis dijo...

Gracias amiga SILOE:

A veces no contesto los mensajes para no caer en obviedades o hipocresías. Pero siempre estás en mi y valoro tus reflexiones. Más aún, las respeto como al mejor de los sagrados tesoros. No coincidir no significa no respetar. Sé que lo tuyo, o lo de cualquier forista sincero, es autenticidad nacida de las profundas cavernas del alma.

La autenticidad es lo que yo más valoro, aunque contenga muchas veces una crítica feroz (A veces la ferocidad es más natural que la prudencia. Aunque hay que saberlas adminsitrar según sea el momento y el lugar)
Seguiremos en contacto
Muchos besos,
LH