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Con los ojos cerrados Isabel masticaba palabras de silencios
Él la contemplaba con ternura
—Vamos Isabel, vámonos ya...
Pero Isabel no respondía
Entrelazadas las manos sobre la mesa, con un amor que sobrepasaba todo límite, él la contemplaba con ternura
—Vamos Isabel, vámonos ya...
Pero Isabel seguía sin responder
Entrelazadas las manos sobre la mesa, con un amor que sobrepasaba todo límite, él la contemplaba con ternura
—Vamos Isabel, vámonos ya...
Pero Isabel seguía sin responder
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Cerrados los ojos y masticando palabras de silencios, Isabel no respondía...
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De pronto, con un impulso que parecía serle extraño Isabel se levanta, con los ojos cerrados, masticando palabras de silencios
Los brazos extendidos y las manos entrelazadas guiaban sus añosos pasos entre las absurdas mesas de la ciudad Alegría
Los brazos extendidos y las manos entrelazadas guiaban sus añosos pasos entre las absurdas mesas de la ciudad Alegría
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Él la conducía con una ternura que sobrepasaba todo límite. Isabel lo seguía con las manos entrelazadas y los ojos cerrados, masticando palabras de silencios
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Bs As, "Las Violetas", 21 de marzo de 2009
© Todos los derechos reservados
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2 comentarios:
Excelente, Luis! ¿Es una forma poética con nombre, o lo escribiste así desde tu mente pensante? Porque está bien pensado, me gustan las repeticiones con variantes; las has manejado con pluma (teclado...) de poeta excelso! Te felicito. Perdón por las ausencias, siempre será así.
Sylvia
Te gustó? Ja, ja..
A mí nada de lo que escribo me llena plenamente.
El lenguaje (y el poético en especial), a pesar de lo que todos piensan, es limitante, distorsivo; habla por sí mismo (se corta solo); dice lo que uno no desea decir y te lleva de la mano como a un niño bueno a espacios significantes al que no deseas ir…
Es una paradoja como tantas…
(Cuando vuelva a Bs As te llamaré por teléfono para tomar un café. Puedes mandarme el número por mail)
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